Quien esto escribe lo hace con conocimiento de causa porque soy por naturaleza una persona paciente que toma la vida con algo de frescura, que de la carrera solo queda el cansancio, decía mi madre, tronco de fresco, podrían decir otros que me conocen. Sí, fresco pero activo y con la mente a millón desde siempre. ¿Y a qué viene tanta explicación y alusión a la paciencia? Porque debo ser sincero y admitir que este presidente que nos ha tocado sufrir ha tenido la capacidad para poner a prueba mi paciencia y supongo yo que la de millones de colombianos que ven cómo puede una sola persona, obviamente apoyado por los personajes más oscuros imaginables, tirarse un país simplemente porque a ese individuo, que hoy considero tan incompetente como peligroso, así lo desea. Qué equivocados estábamos quienes considerábamos que Petro era un peligro por ser de izquierda. No, no es por eso, sino sencillamente, porque es una mala persona, ególatra, falso, mentiroso, rencoroso, y por eso extremadamente peligroso.
Como ejemplo viviente de humildad y honradez en nuestra América del Sur de un presidente de izquierda, lo ha sido José Mujica QEPD, fueron muchos los empresarios que no apoyaron sus reformas, pero nadie cuestionó su manera de ser y por siempre ha sido considerado como una buena persona. De izquierda es el presidente chileno Gabriel Boric y fue quizás el más duro mandatario en calificar a Maduro como lo que realmente es, un dictador que está acabando con Venezuela y además, el único en manifestar públicamente que este se había robado las elecciones presidenciales. Ningún otro presidente en el mundo ha sido tan categórico como Boric. Y es reconocidamente de izquierda. Hoy la presidenta de México Claudia Sheinbaun nos ha demostrado que puesta a prueba por las bravuconadas de Trump, ha sabido sortear la tempestad y logrado potencializar en su pueblo aún más, el de por sí reconocido nacionalismo mexicano, y así lo muestra su respaldo entre el 81 y el 83% en las últimas encuestas, y es de izquierda.
Así que el mayor problema de Gustavo Petro no es su afiliación política, que de izquierda también han sido Navarro Wolf, Luis Eduardo Garzón, Antanas Mockus y otros que nadie ha calificado como lo que con sobradas razones sí podemos del petulante y peligrosísimo presidente que parecería empeñado en desbaratar a Colombia con la complicidad de vendidos funcionarios y congresistas Conservadores, Liberales y de la U, aunque afortunadamente en el Congreso, algunos que lo apoyaron inicialmente, hoy se han convertido en muy férreos opositores. Pero somos una gran mayoría de ciudadanos los que tenemos la obligación de impedir que nos convierta Petro en otra Venezuela. Y es por lo anterior que considero que el límite de nuestra paciencia ha sido superado.
@nicorenowitzky