Desde el presidente de Argentina, Javier Milei, hasta gobernantes de las principales instituciones de la Unión Europea lamentaron el fallecimiento del pontífice.
El argentino impulsó reformas que marcaron un antes y un después en la Iglesia católica.
El maestro ceremoniero del Vaticano, Diego Ravelli, indicó que así lo dispuso en vida el pontífice, ya que antes de Francisco esto se hacía en la capilla del Palacio Apostólico.
Delegó la lectura de la bendición Urbi et Orbi, en la que pidió paz, libertad religiosa, el fin de los conflictos armados y un alto a la carrera armamentista.
Este ritual está dividido en tres “estaciones”, que corresponden a la vigilia, el funeral y la sepultura.